Dime cómo fue tu embarazo y te diré cómo es tu hijo

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Seguramente has escuchado o te has preguntado que si vives un embarazo con mucho estrés tendrás un hijo más nervioso o que si el embarazo es tranquilo y plácido, el niño será más calmado, entre otras. Lo que está claro es que los seres humanos somos emocionales y durante el embarazo las emociones parecen estar más a flor de piel.

Estas sensaciones: ira, miedo, estrés o tristeza llegan al bebé a través de la placenta en cuestión de segundos pero, ¿cuánto pueden afectar las emociones de la madre al carácter y personalidad futura del niño?

Cómo afectan las emociones de la madre en el embarazo a la personalidad del niño

La ciencia no termina de ser clara al respecto, actualmente se sigue estudiando cómo es el mundo emocional del niño en el entorno intrauterino. Sin embargo, algunos investigadores como el Dr. Thomas Verny, psiquiatra, plantea en sus libros que el bebé dentro del útero es consciente y siente todo lo que ocurre durante la gestación y esto va formando y moldeando su personalidad. ¿Cómo puede ser el comportamiento del niño según viva la madre el embarazo?

Por ejemplo:

  • Embarazadas con estrés
    Las madres que ya sea por su trabajo o circunstancias personales viven la etapa del embarazo con ansiedad o mucho nerviosismo pueden tener hijos con problemas de atención, ansiedad, déficit de atención, hiperactividad o nerviosismo.

    Eso es al menos lo que opina Vivette Glover, investigadora en psicobiología perinatal de Imperial College London, y se expone en el documental ‘Educación emocional desde el útero materno’.
  • Embarazadas con depresión
    Tienden a tener bebés con un ritmo de desarrollo más lento de lo habitual. Un estudio llevado a cabo en Reino Unido en los que científicos examinaron a 11000 mujeres durante la gestación valoraron que aquellas que presentaban depresión durante el embarazo eran propensas a tener bebés prematuros y con bajo peso.
  • Embarazadas que han vivido una gran pérdida: aquellas que han perdido a algún ser querido y han vivido una situación de gran tristeza por ello, relatan que sus hijos suelen ser niños más sensibles y melancólicos.
  • Embarazadas que sufren violencia de género o viven situaciones de conflicto bélico
    El estrés padecido ante las horribles situaciones que estas mujeres han de vivir se traslada al bebé durante la gestación y pueden traducirse en problemas de conducta y comportamiento, además de falta de atención en los niños durante su infancia.

En cualquier caso, hay que entender que los breves períodos de ansiedad, rabia, estrés o momentos de más intensidad, que todas las embarazadas hemos vivido en algún momento determinado, no parecen afectar a largo plazo al bebé.

En esos momentos pueden liberarse endorfinas o adrenalina y éstas llegan al bebé y provocar en él sensaciones poco placenteras y no por ello deben causarle mayor problema.

Pero sí es importante que el estado anímico y emocional de la madres sea el mejor posible para evitar que ciertas sensaciones o emociones negativas se conviertan en una constante y puedan afectar al bebé de forma negativa.

Guía Infantil

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