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Cuando se tiene un niño desobediente, examine las posibles fuentes de su conflicto interno y rebeldía.
La mayoría de los niños desafían algunas veces los deseos de sus padres. “Esto es parte del proceso de crecimiento y pone a prueba las normas y expectativas de los adultos”. Es una manera en que los niños aprenden y se descubren a sí mismos, expresan su individualidad y logran un sentido de autonomía.
A medida que extienden sus alas independientes y entran en conflictos menores con sus padres, descubren los límites de las normas de sus padres y de su propio autocontrol.
A veces, sin embargo, estos conflictos son más que perturbaciones ocasionales y se convierten en un patrón de cómo interaccionan los padres e hijos.
Así que, “la desobediencia puede tener una variedad de causas. A veces, se debe a expectativas irracionales de los padres. O podría relacionarse con el temperamento del niño o con problemas escolares, estrés familiar o conflictos entre sus padres“.
¿Qué pueden hacer los padres?
Cuando se tiene un hijo muy desobediente, examine las posibles fuentes de su conflicto interno. Si ha sido un patrón persistente que ha continuado en la niñez intermedia, evalúe detenidamente su propia situación familiar:
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¿Cuánto respeto se muestran los miembros de su familia entre sí?
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¿Respetan el derecho a la privacidad, las ideas y los valores personales de los demás miembros de la familia?
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¿Cómo resuelve la familia sus conflictos?
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¿Los desacuerdos se resuelven mediante la discusión racional, o bien discuten o recurren a la violencia?
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¿Cuál es su estilo normal de relacionarse con su hijo y qué formas toma generalmente la disciplina?
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¿Qué tantos gritos y nalgadas hay?
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¿Usted y su hijo tienen personalidades muy diferentes y maneras distintas de conducirse que causan fricción entre ustedes?
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¿Tiene su hijo problemas para sobresalir en la escuela o cultivar amistades?
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¿Está pasando la familia por momentos especialmente tensos?
Si su hijo ha comenzado a demostrar falta de respeto y desobediencia recientemente, dígale que ha notado una diferencia en su comportamiento y que siente que no es feliz y que tiene dificultades. Con su ayuda, trate de determinar la causa específica de su frustración o malestar. Este es el primer paso para ayudarle a cambiar su comportamiento.
Su reacción es importante
“Si reacciona al mal comportamiento de su hijo explotando o perdiendo el control, él responderá con desobediencia y falta de respeto. Por el contrario, será más obediente si usted mantiene la calma, coopera y es coherente”.
De tal manera, el niño aprenderá a ser respetuoso si usted es respetuoso con él y con otros miembros de la familia. Si se vuelve desobediente y está fuera de control, imponga una pausa hasta que se calme y recupere el autocontrol.
Cuando su hijo es obediente y respetuoso, felicítelo por ese comportamiento. Recompense el comportamiento que desea obtener, incluyendo la cooperación y la resolución de desacuerdos. Estos esfuerzos positivos siempre serán mucho más exitosos que el castigo.
Cuándo hay que buscar ayuda adicional
Es probable que algunos niños desobedientes necesiten obtener tratamiento profesional de salud mental. A continuación se indican algunas situaciones donde el asesoramiento externo puede ser necesario:
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Si hay un patrón persistente y prolongado de falta de respeto a la autoridad en la escuela y en casa.
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Si los patrones de desobediencia continúan a pesar de sus mejores esfuerzos para instar a su hijo a comunicar sus sentimientos negativos.
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Si la desobediencia de un niño o la falta de respeto vienen además con agresión y con instintos destructivos.
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Si un niño presenta signos generalizados de no ser feliz y, si habla de sentirse desanimado, poco apreciado, si dice que no tiene amigos o incluso tiene pensamientos suicidas.
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Si su familia tiene como patrón el responder a los desacuerdos con abuso físico o emocional
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Si usted, su cónyuge o su hijo consumen alcohol u otras drogas para sentirse bien o para lidiar con el estrés
Si las relaciones dentro de su familia muestran señales de dificultad y falta de cooperación, se debe recomendar la terapia familiar. Cuando trata de resolver estos problemas a una edad temprana, puede minimizar e incluso evitar problemas más serias que pueden surgir a medida que los niños llegan a la adolescencia. El secreto es la identificación y el tratamiento temprano.
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.