Intolerancia a la lactosa en niños y bebés

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La intolerancia a la lactosa en los niños y bebés es la incapacidad para digerir la lactosa, un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. La dietista y nutricionista María Luján Soler, Licenciada en Nutrición con Máster en Tecnología, Control y Salud Alimentaria y experta en Alergias e Intolerancias Alimentarias,explica cómo afecta la intolerancia a la lactosa a los bebés prematuros y a los niños.

Cómo afecta la intolerancia a la lactosa de niños y bebés

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad para digerir la lactosa, un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. Se presenta cuando el intestino delgado no produce suficiente enzima lactasa. Las enzimas le ayudan al cuerpo a absorber los alimentos. El hecho de no tener suficiente lactasa se denomina deficiencia de lactasa. Los cuerpos de los bebés producen esta enzima, de tal forma que pueden digerir la leche, incluyendo la leche materna.

¿Cómo afecta la intolerancia a la lactosa a los prematuros, a los bebés y a los niños?
Los bebés prematuros suelen tener un sistema digestivo inmaduro y algunas veces tienen intolerancia a la lactosa. El mejor alimento para el bebé prematuro es la leche materna. Los niños nacidos a término generalmente no muestran signos de esta intolerancia hasta que tienen al menos 3 años de edad. Puede manifestarse en diversos momentos de la vida.

¿Afecta a todos los niños por igual?
En las personas de raza blanca, generalmente comienza a afectar a los niños mayores de 5 años; mientras que en las personas de raza negra, la afección a menudo ya se presenta a los dos años de edad. Se conoce que hay mayor prevalencia de intolerancia a la lactosa en personas de origen asiático y africano, y en los nativos americanos.

¿Qué síntomas característicos presentan los niños y bebés con intolerancia a la lactosa?
Los síntomas se presentan frecuentemente de 30 minutos a dos horas después de comer o beber productos lácteos y, a menudo, se alivian no ingiriendo estos productos. Las dosis grandes de productos lácteos pueden causar síntomas peores como distensión abdominal, cólicos abdominales, diarrea, gases o flatulencia, náuseas e incluso crecimiento lento o pérdida de peso.

¿Qué se debe hacer cuando se detecta intolerancia a la lactosa en niños y bebés?
Cuando un niño presenta síntomas de intolerancia a la lactosa, se deben retirar de la dieta por unas dos semanas todos los productos lácteos. Esta medida puede ayudar a resolver el problema. Pasado ese tiempo, se puede reintroducir la leche en la dieta en pequeñas cantidades. Cada día, los padres pueden darle al niño mayores cantidades de leche, prestando mucha atención al retorno de los síntomas. Es muy importante mantener el resto de los elementos de la dieta constantes y simples durante este periodo, ya que hay otros alimentos que podrían causar síntomas semejantes. Si los síntomas del niño mejoran durante la dieta sin lácteos y vuelven dentro de 4 horas de haber tomado leche, se considera el diagnóstico de intolerancia a la lactosa.

¿Qué formas de diagnóstico existen para la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa se puede diagnosticar mediante un examen de lactosa en la respiración (examen de hidrógeno en la respiración). La prueba se realiza en el consultorio o en el hospital y dura entre 2 y 3 horas. .

¿Qué novedades existen hoy en el tratamiento de la intolerancia a la lactosa?
Cada vez más se piensa en utilizar a los alimentos funcionales dentro del tratamiento de las intolerancias alimentarias.  Los alimentos funcionales son aquellos alimentos, que se consumen como parte de una dieta normal y contienen componentes biológicamente activos, que ofrecen beneficios para la salud y reducen el riesgo de sufrir enfermedades.

Entre algunos ejemplos de alimentos funcionales, destacan los alimentos que contienen determinados minerales, vitaminas, ácidos grasos o fibra alimenticia, los alimentos a los que se han añadido sustancias biológicamente activas, como los fitoquímicos u otros antioxidantes, y los probióticos, que tienen cultivos vivos de microorganismos beneficiosos.

Streptococcus thermophilus  y  Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus mejoran la digestión de la lactosa y reducen los síntomas de la intolerancia a la lactosa. Esto fue confirmado en una serie de estudios controlados en individuos que consumían yogur con cultivos vivos.

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