El cáncer es una enfermedad que se desarrolla muy diferente en niños y adultos. En los más jóvenes, la patología avanza con mayor rapidez. Es decir, hay probabilidades de alcanzar la metástasis en lapsos más cortos de tiempo. Uno de los tipos de cáncer más frecuentes en menores -especialmente en adolescentes- es el osteosarcoma, un tumor óseo con alto grado de malignidad.
Como el osteosarcoma es un cáncer que se origina en el hueso, es más factible que se desarrolle en áreas de huesos largos como el fémur, la tibia que están cerca de la rodilla o en la zona de la espinilla, al inferior de la pierna. Cerca del hombro y la mandíbula también se manifiesta el tumor.
Si bien las causas del osteosarcoma no se conocen, los especialistas coinciden en que puede influir la genética, debido a un gen defectuoso, o el proceso de crecimiento del niño, si sus tejidos y estructuras van madurando con agilidad. También se cree que este tipo de cáncer afecta más a hombres que a mujeres, sin embargo no hay datos exactos que confirmen dicha afirmación.
Aun así, varios casos de osteosarcoma son producto de lesiones a huesos que no sanaron bien. Puede ser el caso de una mala caída, una fractura, un traumatismo ocurrido en la práctica de un deporte, entre otras.
Signos de alerta y diagnóstico
El primer signo de alerta es el dolor y la inflamación inexplicable en las articulaciones del niño. Por lo general, es en momentos de actividad física y en la noche cuando se intensifican las molestias. Otro signo es la aparición de zonas abultadas en el hueso afectado por el osteosarcoma hasta semanas después de los primeros dolores. Estos dos síntomas a menudo se cree que son los populares dolores de crecimiento.
Por eso los pediatras recomiendan escuchar a los niños cuando hablan de su dolor físico o dejan de utilizar la extremidad afectada por el dolor.
El diagnóstico del osteosarcoma se realiza después de un examen físico exhaustivo. Desde el primer momento, el médico primario ordenará análisis de sangre, resonancia magnética o rayos X y una gammagrafía ósea para saber si el cáncer hizo metástasis. En cualquier caso, si se descubre un tumor, se realizará una biopsia para saber la malignidad de éste.
El tratamiento será indicado por el oncólogo pediatra. Usualmente se utilizan técnicas de quimioterapia o radioterapia pero en los casos más graves y que no responden al tratamiento común, se amputa la extremidad afectada. Por fortuna, la mayoría de niños y adolescentes se recuperan totalmente del osteosarcoma sin necesidad de perder alguna de sus extremidades.