¿Sabes qué es el ‘slow parenting’?

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Por: Redacción Pediatría y Familia

Hoy en día, tanto expertos como padres cuentan con un gran número de alternativas relacionadas con la crianza de los niños. Por lo general, son métodos que se aplican desde muy temprana edad y en los que el papel de los padres es mucho más activo y consciente con el desarrollo emocional del pequeño. Dentro de estas tendencias se encuentra el ‘slow parentig’, también conocido como paternidad lenta.

La crianza ‘slow parenting’ nació a partir de una serie de libros publicados por el periodista Carl Honoré, en los que cuenta su experiencia modificando sus prioridades. De acuerdo con sus libros, el cambio en su estilo de vida se debió a una profunda reflexión sobre los aspectos que esta sociedad prioriza: el éxito se mide por la rapidez en alcanzar nuestras metas y no por la dedicación o persistencia.

¿Cuál es la diferencia de este método?

Este método está fundamentado en el desarrollo individual de cada niño, intentando que no crezca en ambientes de estrés o invadidos por la tecnología. De acuerdo con promotores de esta tendencia, no se trata de criar a niños ‘lentos’ o ‘pasivos’ sino a niños independientes y capaces de realizar sus actividades en el momento adecuado, con plena certeza de las decisiones y de las herramientas con las que se cuenta para alcanzar sus metas.

Quiénes quieran beneficiarse de este tipo de crianza, no deben olvidar que lo más importante es el ejemplo que los pequeños reciben. Es decir, en ningún momento se debe comparar las habilidades y conocimientos que el niño tiene más desarrollados, ni se debe presionar para que solamente se concentre en los procesos que todavía no están totalmente fortalecidos.

Las principales pautas de este método, en caso de que las quieras poner en práctica, son las siguientes:

– Cuida la calidad y cantidad de tiempo que pasas con tus hijos: Como padres somos el principal apoyo del niño, el modelo a seguir en diferentes ambientes y entornos. Por eso, no debemos atenderlos siempre con prisa o mostrarles que tenemos afán. Ellos merecen ser escuchados y disfrutar del tiempo que pasan junto a nosotros.

– No olvides que tu hijo es una persona única: No lo compares con los hijos o niños de personas conocidas. Él va conociendo el mundo a su propio ritmo, sin ningún afán por ser alguien diferente. Concéntrate en sus logros y celébralos siempre.

– La comunicación es lo más importante: La mejor forma de unir los lazos familiares es la comunicación. Bien dice el refrán que ‘hablando se entiende la gente’. De esta manera siempre sabrán que necesitan, que esperan y que desean mejorar para que los días sean más agradables, positivos y llenos de aprendizajes.

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