Para ayudarte a determinar si su hijo tiene baja autoestima, debes estar pendiente de las siguientes señales. Podrían ser respuestas cotidianas a cómo tu hijo se relaciona con el mundo que le rodea, o pueden ocurrir solo ocasionalmente en situaciones específicas.
“Cuando se convierten en un patrón de comportamiento repetitivo, usted debe poder percibir la existencia de un problema”.
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Su hijo evita una tarea o desafío sin siquiera intentarlo. A menudo, esto indica un miedo al fracaso o una sensación de impotencia.
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Se da por vencido poco después de comenzar un juego o una tarea, renunciando a la primera señal de frustración.
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Engaña o miente cuando cree que va a perder un juego o que no va a obtener un buen resultado.
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Muestra señales de regresión, al actuar como niño pequeño o de manera tonta. Este tipo de comportamiento provoca que otros niños le pongan apodos o le insulten, lo que añade insultos a la ecuación.
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Se vuelve controlador, dominante e inflexible como una forma de ocultar los sentimientos de insuficiencia, frustración o impotencia.
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Inventa excusas (“El maestro es tonto”) o minimiza la importancia de los eventos (“No me gusta ese juego de todos modos”), utiliza este tipo de racionalización para culpar a los demás o a fuerzas externas.
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Sus calificaciones han disminuido o ha perdido interés en actividades habituales.
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Se aleja socialmente, perdiendo o teniendo menos contacto con los amigos.
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Experimenta cambios de ánimo, muestra tristeza, llora, presenta arranques de ira, frustración o tranquilidad.
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Hace comentarios autocríticos como “Nunca hago nada bien”, “No le caigo bien a nadie”, “Soy feo”, “Es mi culpa” o “Todos son más inteligentes que yo”.
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Tiene dificultad para aceptar cualquier elogio o crítica.
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Percibe o le preocupan de manera excesiva las opiniones que las demás personas tengan sobre él.
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Parece que le afecta la influencia negativa de los compañeros y adopta actitudes y comportamientos como el desprecio por la escuela, faltando a clases, actuando irrespetuosamente, robando o experimentando con el tabaco, alcohol o drogas.
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Es excesivamente servicial o nunca ayuda en casa.
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
Por: Redacción Pediatría y Familia