La lactancia materna no solo ofrece beneficios nutritivos para el bebé, el pecho representa para ellos cercanía, amor y comunicación con la madre.
El bebé llega al mundo luego de permanecer por mucho tiempo en un lugar oscuro y tranquilo, por lo que llegar a un ambiente lleno de luces, ruidos fuertes y nuevos olores, los hace sentir abrumados. Por ello, el bebé necesita sentirse seguro con tu presencia física.
Cuando sostienes a tu bebé con tus brazos y lo amamantas, le ofreces una sensación de continuidad entre lo que vivía antes y haces que el proceso de transición sea más fácil de asimilar.
Además, “cuando miras a tus bebés a los ojos lo ayudas a sentirse protegido en su proceso de adaptación y reconocimiento del nuevo ambiente“.
Los beneficios de la lactancia materna son innumerables, y no solo para el bebé sino para la mamá. Con la lactancia se liberan hormonas que promueven los comportamientos maternos y hace más fuerte el lazo emocional entre el pequeño y la mamá. Incluso, los científicos han mencionado que los niños aprenden mejor cuando hay un contexto de cercanía emocional con sus padres.
Asimismo, diversos estudios han mencionado los beneficios de la lactancia materna prolongada en un mejor desarrollo cognitivo, psicomotor y del lenguaje y mayor agudeza visual. Lo cual resulta razonable ya que teniendo en cuenta que el desarrollo neuronal y psicomotor del niño continúa más allá de los 2 años de edad.
No es extraños que la lactancia después de los 2 años beneficie este desarrollo.
Por: Redacción Pediatría y Familia
