Incontinencia urinaria en adolescentes

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La enuresis nocturna o incontinencia urinaria, afecta a muchos niños y algunos adolescentes. No se trata de una situación grave, pero que sí puede llegar a incomodar a padres e hijos.

Esta afección suele desaparecer en la adolescencia, cuando ya hay una mayor control de esfínteres, sin embargo, algunos jóvenes siguen sin poder contener la orina en horas de la noche. Esto puede ser motivo de vergüenza, ansiedad o baja autoestima para muchos adolescentes, sin tomar en cuenta que puede ser un trastorno que requiere un tratamiento adecuado.

Inicialmente, debemos entender que hay dos tipos de enuresis nocturna: primaria y secundaria. La enuresis primaria es aquella que se presenta desde que los niños son muy pequeños y persiste por varios años. La secundaria, por su parte, se presenta en los niños que antes tenían control sobre la vejiga en las noches durante 6 meses, al menos, y que sin razón aparente lo perdió nuevamente.

Factores que pueden contribuir a la incontinencia urinaria

Aún no se ha especificado una causa concreta de la enuresis nocturna, sin embargo, se cree que ocurre por un menor espacio en la vejiga por la noche, mayor producción de orina por la noche y la incapacidad del cerebro para despertarse mientras el niño está dormido.

Aun así se tienen en cuenta distintos elementos a la hora de realizar la consulta médica.

  • Genética
  • Niveles de estrés
  • Enfermedades de la vejiga o de los riñones
  • Estreñimiento
  • Ronquidos
  • Sueño profundo
  • Enfermedad neurológica
  • Diabetes
  • Trastorno por déficit de atención
  • Algunos medicamentos

Dependiendo de cuál pueda ser su causa, se define el tratamiento que se llevará a cabo. Sin embargo, cuando se trata a temprana edad, los niños tienen grandes posibilidades de resolver la incontinencia.

Nuestro rol como padres

  • Consulta con un especialista tan pronto tu hijo te cuente sobre su problema. Debemos mantener la calma y hacerle saber que no se trata de una afección que va a durar toda la vida.
  • No compartas este problema con terceras personas a menos de que sea estrictamente necesario. Ten en cuenta que está en juego el bienestar de su autoestima, y comentarlo con más miembros de la familia o amigos, podría aumentar las probabilidades de que se sienta avergonzado.
  • Muéstrate comprensivo. Hablar del tema con él es primordial, de manera que debes ser cuidadoso con lo que le digas para que no se sienta vulnerable. En algunas ocasiones, hablar de las experiencias propias puede ayudar para hacerlos sentir mejor.
  • Enséñale a lidiar con la incontinencia. Puede ser útil que él aprenda a resolver el inconveniente cuando le sucede, de manera que puedes indicarle el lugar donde puede depositar las sábanas húmedas y cómo iniciar el ciclo de lavado.

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