¿Pueden los niños y las embarazadas tomar cualquier tipo de miel?
Que la miel es una excelente ayuda para la salud de los niños y de los adultos es por todos conocido. Un vasito de agua con limón caliente y cuatro cucharadas de miel antes de acostarse y tu hijo se recuperará del catarro en pocos días sin necesidad de utilizar jarabes para tos.
La miel es el mejor endulzante que existe, y además es natural, pero hay que tener en cuenta que no todas las mieles son iguales. Te contamos algunos tipos de miel y sus beneficios para niños y embarazadas.
Los tipos de mieles y sus beneficios para niños y embarazadas
¡Cuánta razón tienen nuestras abuelas al mandarnos leche con miel para dormir! Esa sabiduría popular ya conocía las propiedades curativas de la miel, lo que quizás no tenía tan claro es que no todas las mieles sirven para curar las mismas dolencias.
Los tipos de mieles dependen de la flor con la que esté elaborada, así cada miel aportará las propiedades de cada planta; con lo que tu hijo deberá tomar la miel según la dolencia que padezca, o no obtendrá sus beneficios.
Conviene saber que, por muy saludable que sea la miel para el organismo, no debe administrarse a niños menores de 1 año, ya que puede poseer unas esporas que produce botulismo, y que es difícil de eliminar, ni siquiera cuando la cocinamos.
También tenemos que tener en cuenta que los niños pequeños que no pueden lavarse los dientes no deberían tomar miel, ya que al ser pegajosa se adhiere a los dientes y es fácil que produzcan caries.
Fuera de estas pequeñas desventajas, la miel es uno de los productos más saludables, y que reporta grandes beneficios para niños y embarazadas.
Las hay que están indicadas para el estreñimiento, para la circulación, otras para aliviar la tos, otras son antibacterianas, y otras mejoran los riñones y el hígado.
Entonces, ¿valen todas las mieles para mejorar el catarro de los niños?
Evidentemente no. Hay mieles específicas que ayudan a mejorar el sistema respiratorio, mieles expectorantes que ayudan a eliminar los mocos de las vías aéreas, y mieles que no sirven nada más que para endulzar.
Las abejas elaboran tantos tipos de mieles como tipos de árboles y plantas haya a su alrededor, así que en cada zona se producirá un tipo de miel distinta.
Hay que tener en cuenta que, para que una miel pueda transmitirnos todas sus propiedades intactas, debe estar sin pasteurizar, y que cristalice con el frío. Las mieles que venden en las grandes superficies y que siempre están líquidas, no suelen tener más propiedades que las de endulzar, ya que al hervirlas matan todas las sustancias saludables que poseían.
Tipos de mieles y para qué sirven
- Miel de Tilo: Está recomendada para el sistema respiratorio, aumenta la sudoración, con lo que es buena para sudar la fiebre. Estimula la eliminación de toxinas, pero está contraindicada para niños con problemas cardíacos.
- Miel Floral: Elaborada con flores de todo tipo, no posee ninguna propiedad concreta. Sirve solo de edulcorante.
- Miel de Castaño: De color oscuro y sabor fuerte, tiene un poderoso efecto antibiótico. Está recomendada para las úlceras y las infecciones urinarias.
- Miel de Lavanda: Una de las más curativas. De intenso sabor y muy aromática, está especialmente recomendada para las embarazadas, ya que ayuda a metabolizar mejor el hierro y el calcio de los alimentos. También es buena para combatir la osteoporosis y la hipertensión arterial. Alivia la tos y limpia los pulmones de mucosidades, tiene efecto expectorante.
- Miel de Acacia: Reduce el insomnio, la ansiedad y los nervios, así que está muy recomendada para madres y padres con bebés. Es suave de sabor y ayuda a combatir la mala circulación y el estreñimiento.
- Miel de Romero: Mejora la circulación de la sangre, el funcionamiento hepático, la digestión y el reumatismo.
- Miel de bosque: Oscura y fuerte de sabor. Antimicrobiana y antiinflamatoria. Con mucho hierro, recomendada para niños que tienen anemia y obesidad ya que es baja en azúcar y rica en minerales.
Fuente: Guía Infantil