Enfermedades como el asma o la bronquitis son cada vez más habituales en los niños. Y según un estudio de la Fundación Española de Nutrición, los niños españoles consumen demasiados alimentos calóricos y apetitosos.
Son dos afirmaciones que parecen no tener nada en común, pero en realidad forman parte de una misma ecuación:
- Un estudio publicado en Anales de Pediatría ha confirmado que existe una asociación directa entre el consumo de productos ultraprocesados y la prevalencia de enfermedades sibilantes en niños como el asma o la bronquitis.
La investigación forma parte del proyecto Sendo (Seguimiento del Niño para un Desarrollo Óptimo) que tiene como objetivo analizar el efecto de la dieta y los estilos de vida en la salud del niño y del adolescente.
ASMA, LA ENFERMEDAD INFANTIL MÁS PREVALENTE
Los autores de este estudio señalan que las enfermedades pediátricas cada vez son más frecuentes en la población de edad pediátrica (de 0 a 14 años).
- El asma es la enfermedad crónica de la infancia más prevalente en los países desarrollados. En España su incidencia supera el 10% y va en aumento.
Es cierto que tiene una base genética, pero se sabe que hay factores externos como la exposición al humo del tabaco o la contaminación ambiental que aumentan el riesgo; y otros como la lactancia materna que tienen un efecto protector.
En el caso de la dieta, todo depende de lo que se coma.
- La dieta mediterránea ha demostrado tener un efecto protector sobre el riesgo de sibilancias recurrentes y asma.
Sin embargo, alertan los autores del estudio, en los últimos años se ha ido sustituyendo esta dieta por un patrón dietético occidental, menos saludable que el mediterráneo.
“Este cambio es particularmente evidente en niños y jóvenes, con una disminución en la ingesta de frutas y verduras y un aumento en la ingesta de productos animales y alimentos procesados y ultraprocesados”, subrayan.
EL RIESGO DE LOS ULTRAPROCESADOS
Tal y como señalan los investigadores, los ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de sustancias extraídas de los alimentos (almidones, azúcares, etc.) o sintetizadas en laboratorios.
- Son ricos en azúcares añadidos, sal, grasas saturadas, aditivos y conservantes.
- Tienen un bajo valor nutritivo pero son apetitosos, duraderos y se encuentran fácilmente en cualquier supermercado.
En definitiva, que son muy socorridos y a los niños les encantan.
Hay evidencia científica de que su consumo entre la población adulta se asocia a hipertensión, diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares, obesidad y depresión.
En el caso de las enfermedades respiratorias, los ultraprocesados se relacionan con el asma y otras patologías respiratorias en adultos y adolescentes. Su consumo durante el embarazo se vincula con riesgo de sibilancias posteriores en el niño.
Sin embargo, señalan los investigadores, son pocos los estudios que han analizado el consumo de ultraprocesados y el desarrollo de enfermedades respiratorias en la infancia. Y eso es justamente lo que han hecho.
ESTUDIO EN NIÑOS
Los investigadores analizaron el consumo de ultraprocesados en una muestra de 513 niños que respondieron cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos.
- El consumo medio de ultraprocesados fue de 446,76 gramos al día, lo que supone un 39,9% de la ingesta calórica total.
- Un 88,3%, la gran mayoría, consumió más del 30% de la ingesta energética total en forma de ultraprocesados.
- Un 16,2% consumió más del 50% en forma de ultraprocesados.
Los participantes también informaron sobre las enfermedades respiratorias que sufrían (asma, sibilancias y bronquitis recurrentes), así como sobre su exposición al tabaco, antecedentes familiares de asma o alergia y parto prematuro.
Analizando todos los datos, los investigadores comprobaron que un alto consumo de ultraprocesados:
- Multiplica por 2,12 el riesgo de sufrir bronquitis de repetición, sibilancias recurrentes y síndrome de obstrucción bronquial recurrente.
- Multiplica por 1,4 las probabilidades de desarrollar asma.
A tenor de los resultados de este estudio, los investigadores no dudan en afirmar que existe un vínculo directo entre el consumo de ultraprocesados y las enfermedades respiratorias.
Un motivo de peso más para reducir este tipo de productos en la alimentación de los niños y optar por un patrón más acorde con la dieta mediterránea.
Fuente: Saber Vivir TV