De acuerdo con pediatras, en los últimos años se ha incrementado el número de bebés que padecen algún tipo de alergia. Por ejemplo, entre los más pequeños, la alergia a la leche de vaca es la más frecuente. Sin embargo, los especialistas todavía no descubren la causa específica que origina las alergias (reacción exagerada del sistema inmune) en niños y adultos. Solo se sabe con exactitud que éstas se pueden desarrollar a partir del contacto con alérgenos.
Los alérgenos son todas las sustancias que provocan alergia. Éstas se pueden comer, oler, inyectar -si es el caso de una picadura o de la reacción a un medicamento- o tocar. En este grupo de sustancias, que son totalmente inofensivas, hay algunas más comunes que producen alergias como el polen, el moho, ácaros del polvo o el pelo de los animales domésticos.
Aunque las alergias pueden tratarse, lo mejor que se puede hacer es prevenir su aparición para evitar complicaciones futuras en la salud de nuestro hijo.
¿Cómo se pueden evitar?
Mantén hábitos alimenticios saludables: Las alergias se manifiestan a causa de un sistema inmunitario débil. Y como el 70% de las células de ese sistema se encuentran en el intestino, es ideal que la mamá consuma todo tipo de alimentos desde antes de la concepción del bebé. La variedad de nutrientes que aporta una dieta balanceada ayuda a fortalecer el sistema inmunitario del bebé antes y después de su nacimiento.
Acerca a los bebés con animales: Estudios han comprobado que la exposición temprana a los alérgenos, minimizan la posibilidad de desarrollar alergias. En el caso del contacto con animales, los microorganismos que están presentes en ellos, fortalece el sistema inmunitario del bebé. Además, les inculca amor y respeto por estos seres.
Aliméntalo con leche materna: La mejor vía para que tu hijo desarrolle anticuerpos es trasmitirlos a través de la leche materna. Su composición depende de los nutrientes de la madre y a futuro, su consumo previene la aparición de eccemas y el desarrollo de la alergia a la leche de vaca.
También se debe tener en cuenta que hay ciertos factores como la herencia o compartir espacios con personas fumadoras que pueden predisponer al bebé a desarrollar estas patologías.