La prelectura es un proceso que pretende desarrollar la capacidad de leer de los niños mediante la motivación a través del entorno preparado.
Para que los niños puedan desarrollar la capacidad de leer se combinan factores de órdenes muy diferentes:
1. Fisiológicos como la lateralización, visión y audición, que se desarrollan gracias a actividades motoras y sensoriales.
2. Psicológicos como la adquisición de un buen esquema corporal y orientación espacial.
3. Cognitivos como simbolización y conceptualización.
4. Emocionales como la motivación.
5. Ambientales como la presencia de estímulos escritos.
Por este motivo, hay países como Finlandia o sistemas pedagógicos como el Waldorf que no presentan la lectura hasta los 7 años, y en cambio multiplican las oportunidades de experimentar sensaciones, de explorar el espacio y el movimiento, de aprender por gratificación intrínseca, y de enriquecer el entorno.
Prelectura: cómo desarrollar la capacidad de leer
Se trata de elegir dentro del hogar un lugar en el que se guardan objetos de cada una de las personas de la familia. Pueden ser cajones, zapateros, etc. Si no se tiene nada semejante se puede idear, por ejemplo, una taza para beber agua o el lugar donde se cuelga el cepillo de dientes. Lo importante es que sea una ubicación fija y que el contenido pertenezca claramente a cada miembro de la familia.
“La clave del éxito del aprendizaje de la lectura es que el niño alcance una buena conciencia silábica antes de aprender a leer. Estos ejercicios de estimulación temprana están indicados para niños de entre 4 y 5 años”.
Se llama Conciencia Silábica a la capacidad para separar, aislar, omitir, invertir y unir las sílabas que componen las palabras. Esta conciencia se debe adquirir antes de que comiencen los niños a aprender a leer.
Si ya has trabajado con las palabras y tu hijo sabe distinguir entre palabras largas y palabras cortas, y ya sabe cuántas palabras hay en una frase sencilla, podemos pasar a trabajar la sílaba, es decir, a aprender a separar los trocitos que tiene una palabra.
Cabe recordar que esto es diferente si nuestro hijo presenta problemas como la dislexia.
Cómo hacer los ejercicios para aprender a leer
1. Siempre en un ambiente de juego, de buen ánimo. Sin enfados, sin críticas, sin descalificaciones.
2. Para ayudarle le debes decir cosas tipo:
– “No, así no es, inténtalo otra vez”
– “No, escucha como lo digo yo”
– “No te preocupes no es fácil”
– “Estoy segura de que antes o después lo harás fenomenal”
– “A mí también me costaba mucho cuando tenía tu edad”
– “Qué bien, ¡sabía que lo conseguirías!”
3. Para corregir nunca decir cosas del tipo:
– “No pegas una”
– “Siempre te equivocas”
– “¡A ver si aciertas de una vez!”
– “!Qué torpe eres!”
– “!Ya era hora de que dijeses algo bien!”
4. Jamás le compares con otros niños. Ni para bien ni para mal.
5. Respeta los ritmos del niño. No insistas demasiado, si no quiere busca otro momento.
6. Evita interrumpir la diversión del niño para pedirle que haga los ejercicios.
Por: Redacción Pediatría y Familia