Redacción Pediatría y Familia
Descubrir un embarazo es un evento sorprendente y maravilloso para la mayoría de las mujeres. A pesar del desborde de emociones positivas, también surgen una serie de cambios relacionados con el cuidado de la salud de la madre y del bebé que está en camino. Entre ellos, quizás el más difícil de aceptar tiene que ver con las rutinas y hábitos de alimentación, ya que algunos de los síntomas iniciales están relacionados con varios tipos de alimentos.
A medida que el embarazo avanza, se calman las náuseas y otros malestares comunes. Sin embargo, también se da paso a problemas relacionados con la digestión como la acidez, el estreñimiento o -en otros casos- la falta de apetito. Por lo general, nos acostumbramos a cenas abundantes y cargadas de alimentos que no son beneficiosos en esta etapa.
Cuando esto ocurre, la cena deja de ser un momento agradable y pasa a ser un momento casi obligatorio del día. Por eso, en este artículo te presentamos tres cenas diferentes, preparadas con alimentos fáciles de conseguir y que no toman mucho tiempo del día.
Trío de cenas deliciosas y saludables:
Caldo de verduras
Ya estamos en la etapa fría del año. Por eso, una excelente opción para mantener al calor corporal, sin tener que recurrir al té o café son las sopas. De la gran variedad que existe, una de las sopas más alimenticias y rápidas de preparar son los caldos de verduras.
Lo único que necesitas es un litro de agua, una olla o cazuela para hervir el agua, una pizca de sal y verduras a elección. Para la noche se recomiendan la papa, la zanahoria, el tomate y arvejas. Granos como los fríjoles o los garbanzos están desaconsejados, ya que pueden provocar gases en medio de la noche y dificultades para conciliar el sueño.
Lo fundamental de esta receta es lavar muy bien todas las verduras -esto con el fin de prevenir la entrada de virus o infecciones-, cortarlas en pedazos del tamaño deseado, agregarlas al agua fría con sal y poner la olla al fuego durante 30 – 45 minutos. Se aconseja no apagar el caldo en el primer hervor sino esperar al menos 5 minutos más para concentrar los sabores.
Sándwiches con nuestros ingredientes favoritos
No hay una regla que defina el sándwich perfecto. En caso de que quieras una cena ligera y entretenida, uno de estos platos no solo deleitará tu paladar sino también tus ojos. Para tener una noche de sueño sin molestias, se aconseja que los sándwiches sean preparados con pan de cereales o pan integral, preferiblemente tostados y con una proteína y varias verduras.
Las proteínas que mejor funcionan a la hora del cenar son: pollo, pavo, jamón o atún. Dentro de las verduras, el tomate sigue siendo la más recomendada. Si te animas, puedes agregar cebollas o zanahoria rallada o en puré y una pequeña cantidad de salsa de tomate, mayonesa o una salsa que te guste y no sea muy pesada para el estómago.
Verduras a la parrilla
¿Quién dijo que las verduras son aburridas? Aunque durante el embarazo estamos más susceptibles a los sabores y olores, a la hora de cenar, estos alimentos preparados de una forma distinta nos aportarán nutrientes importantes para nuestro descanso y para iniciar el día siguiente con mucha energía y buen ánimo.
Para las verduras asadas, las más recomendables por su textura son los calabacines (zuccini), berenjenas, puerros, espárragos, cebollas, pimentones y tomates. A éstas se le pueden añadir ingredientes extra como los champiñones, un poco de salsa negra y una pizca de condimentos como sal y pimienta.
Lo único que se debe hacer es calentar una parrilla o sartén y colocar poco a poco las verduras, girándolas o dándoles vuelta por cada lado hasta que queden cocidas. No se agrega aceite ya que tendríamos un efecto negativo y podríamos freír los alimentos elegidos, una opción poco recomendable pues tiene efectos negativos en la digestión.
Por supuesto, estas no son las únicas alternativas. Si no es tu primer embarazo o si eres una madre primeriza, también tendrás otras recomendaciones útiles que puedes compartir con nuestra comunidad en Pediatría y Familia