¿Qué hacer cuando los hijos maltratan a los padres?

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Niños con síndrome del emperador

Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública|Pediatría y Familia

El llamado síndrome del emperador se trata de un fenómeno psicosocial en el que los niños agreden, manipulan y desafían a sus padres. Este trastorno de la conducta infantil se ha venido incrementando en la sociedad actual. Pero ¿qué hacer ante estos comportamientos?

Los pediatras alertan que este tipo de conductas obedecen a causas genéticas, familiares y ambientales, que se dan ante la necesidad del niño de sentirse seguro y no encuentra otra forma más que la agresión.

6 comportamientos claves para saber si tu hijo padece del síndrome del emperador

  1. No acepta un NO como respuesta y quiere todo de forma inmediata.
  2. Debe decidir qué, cómo y cuándo se hacen las cosas.
  3. Dice mentiras.
  4. Es impulsivo y le cuesta compartir.
  5. Agrede físicamente a los familiares más cercanos.
  6. Maltrata verbalmente a quienes están a su alrededor.

Ante estos comportamientos, los expertos coinciden en que la mejor forma de neutralizar la agresividad de los niños no es a través de actos violentos, sino por medio del afecto y, lo más importante, no ceder ante sus caprichos.

Por su parte, el medio medicinatv.com, mencionó en uno de sus reportajes que, la doctora María Victoria García García-Calvo, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria de Castilla La Mancha (APapCLM), señala: “en las últimas décadas hemos vivido cambios muy importantes en la forma de entender las responsabilidades en la familia. En ocasiones los padres encuentran grandes dificultades para establecer el balance adecuado entre autoridad y afectividad”. Por ello, los expertos sostienen que el establecimiento de normas y límites no solo es imprescindible, sino que es totalmente compatible con el afecto.

Consejos para tratar a niños agresivos

  • Lo primero es detectarlo a tiempo para comenzar con un tratamiento inmediato.
  • Reconocer el problema.
  • Establecer normas y límites.
  • No responder con agresividad. Recuerda que el adulto eres tú.
  • Ten cuidado con las palabras que le digas en ese momento de alteración. Trata de no perder la paciencia.
  • Fijar rutinas diarias.
  • Mantenerte seguro de las decisiones o castigos que le hayas dado, por ejemplo: no comprarle su dulce o juguete favorito, no llevarlo al parque, etc.
  • Resaltar positivamente sus buenas conductas.
  • En caso de perder el control lo más indicado es tratar con un especialista.

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