Por: Redacción Pediatría y Familia
Cuando los niños crecen lo suficiente para comunicarse con nosotros y cuentan con la capacidad para mantener conversaciones complejas -de acuerdo a su edad-, surge una nueva preocupación: ¿cómo puedo saber si mi hijo me está diciendo la verdad?
De acuerdo con expertos infantiles, si el niño siente que se encuentra en una situación problemática, evitará decir la verdad. Sin embargo, desde la primera vez que el niño deja de decir la verdad, las mentiras pueden volverse una constante en su comportamiento, ya que el pequeño aprende una nueva lección: qué decir y cómo hacerlo para no preocupar a sus padres. Esto no quiere decir que este comportamiento sea correcto.
Cuando los seres humanos mentimos, el cuerpo humano lleva a cabo una serie de procesos físicos para no ‘quedar en evidencia’. Para lograrlo con éxito, el cerebro debe contar un cierto grado de madurez para que el niño no sea descubierto, pues son mecanismos de autocontrol. De esta manera, se presta atención a los gestos, manera de pronunciar y a la historia que oculta la verdad.
¿Cómo puedo detectar si mi hijo está diciendo mentiras?
Los psicólogos infantiles afirman que solo basta prestar atención a nuestro niño para descubrir si nos miente o no. ¿Cómo hacerlo? si escuchas que tu pequeño repite las palabras, no concuerdan sus historias o son muy fantasiosas, si pronuncia incorrectamente, son señales de que el niño miente. También, es muy común que los niños se sientan agredidos y ante el menor incidente reaccionen con un ‘yo no lo hice’, ‘yo no lo dije’, pues se consideran como explicaciones no pedidas.
En la infancia es común escuchar las mentiras piadosas de los pequeños. Pero, se debe tener en cuenta que este comportamiento debe ser corregido, ya que se debe enseñar al pequeño a ser responsable de sus acciones y a evitar la manipulación emocional. A largo plazo, las mentiras pierden su componente inocente y se utilizan como vía de escape, trayendo problemas que pueden comprometer la seguridad de los miembros de la familia y deteriorar las relaciones interpersonales.