Para el segundo semestre de 2015, el gobierno británico incluyó en su esquema de vacunación infantil, la aplicación de la vacuna frente a la meningitis B en lactantes, manejando varias dosis, una a los dos meses, otra a los cuatro y una última al cumplir un año.
Ahora, el ejecutivo de Reino Unido ha hecho público el resultado de este proceso, demostrando datos que respaldan la eficacia de esta vacuna.
De acuerdo con la revista The New England Journal of Medicine, transcurridos tres años del inicio del programa, se observó una disminución del 75 % en el número total de casos de meningitis B en la población objetivo del programa de vacunación, además, casos provocados por cepas que inicialmente no se estimaba estuvieran cubiertas por la vacuna, también arrojaron resultados favorables.
Tras la administración de las dosis, los niños vacunados en este periodo de tiempo demostraron una adecuada protección frente a la enfermedad en la mayoría d los casos, hasta sus dos primeros dos años de vida.
Si se tiene en cuenta que el mayor número de casos de enfermedad por meningitis B en Inglaterra se concentra durante los primeros tres años de vida, estos resultados sobre duración de la protección mostrarían que los niños están protegidos durante el periodo de edad, por debajo de los 5 años, en el que el riesgo de sufrir la enfermedad es mayor, lo que es muy favorable para su salud.
De acuerdo con lo publicado, se logró una reducción de 277 casos desde el inicio del programa de vacunación. Sin embargo, tal y como indica el estudio, en los niños que no estaban incluidos en el programa, no se observó reducción en el número de casos.
“La implementación de la vacuna frente a la meningitis B desde el 2015 es un gran éxito, ya está salvando vidas y significa que menos padres y menos niños sufrirán por esta devastadora enfermedad”, asegura Shamez Ladhani, Consultor de Epidemiología del Public Health England (PHE).
Vacunación en adolescentes
Otros resultados de procesos como el estudio “B Part of It”, que es, hasta la fecha, el más grande realizado sobre la meningitis B en adolescentes y que se realizó en el sur de Australia entre los años 2017 y 2018, ha incluido la participación de 34.000 alumnos de entre 10 y 12 años de 237 escuelas.
El estudio reveló una reducción en el número de casos de enfermedad entre el colectivo de adolescentes vacunados, aunque no se observaron efectos sobre las bacterias que este grupo porta habitualmente tanto en la nariz como en la garganta, y que son claves para la transmisión de la enfermedad.
Es decir, que la vacunación protegería a los adolescentes de la enfermedad, pero no evitaría que sean portadores de bacterias meningocócicas, por lo que seguiría existiendo riesgo de contagio a otras
Con estos datos de efectividad, las autoridades australianas han decidido ampliar a la población adolescente su programa de vacunación frente a la meningitis B.
Como en otros avances y estudios, se seguirán adelantando medidas de protección para la población pediátrica con el fin de favorecer su adecuado estado de salud.
Con información Ser Padres