Si eres de las que temen a los efectos de la anestesia o simplemente deseas que tu parto sea lo más natural posible, te tenemos una excelente noticia. ¡Puedes tener un parto sin necesidad de peridural! No se trata de elegir sentir dolor, todo se trata de una actitud mental. Por supuesto, esto requiere de entrenamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente. Lo importante es eliminar el miedo o la tensión, que lo único que provocan es más dolor.
Ahora te preguntarás, ¿cómo puedo prepararme?
Es importante que, durante el embarazo, te mantengas siempre informada, reconozcas los motivos de tu malestar, realices las ecografías correspondientes, etc. Así lograrás relajarte y sentirte más confiada.
Por otro lado, se debe aprender a liberar la tensión y el dolor. Recuerda que el dolor no es únicamente físico, sino que también es emocional y psicológico. Se debe relajar la mente: crear y visualizar imágenes que nos relajen o alegren. Puedes imaginar que tu bebé ya está bajando u otras ideas similares.
La respiración es imprescindible. Si aprendes a respirar profundamente, puedes liberar el diafragma y tu cuerpo se relajará más.
No te avergüences por gritar
Cuando gritas, liberas tensión. Y resulta muy satisfactorio durante el trabajo de parto. No te preocupes por más nadie que tú misma y tu bebé durante esos instantes. Si quieres gritar, hazlo. Así eliminarás el estrés.
También te recomendamos los masajes, la música y mantener una actitud abierta.
Recuerda que cada parto es diferente, pero si logras manejar el dolor y la tensión, probablemente te sea mucho más fácil. Entrena tu cuerpo y tu mente y el proceso será más tolerable.
